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STOP

AL BULLYING

Guía Breve de Consejos

Debes tener muy claro lo siguiente:

  • El acoso escolar siempre es injusto.

  • Tienes toda la razón del mundo cuando piensas que lo que te hacen está mal.

  • Tienes todo el derecho del mundo a exigir que los profesores te protejan.

  • Tienes todo el derecho del mundo a exigir que los alumnos dejen de maltratarte.

  • Tienes todo el derecho del mundo a defenderte. (Pero intenta evitar ponerte al nivel de tus acosadores. No permitas que te hagan violento).

  • Los profesores deberían castigar y amonestar a los niños que acosan, y si no lo hacen, entonces están actuando mal.

  • Tienes derecho a contarselo a tus padres, a tus profesores o a otros chicos. Quienes deberían avergonzarse són los niños que acosan.

1. Un ejemplo vale más que mil sermones

 

·         Desde muy pequeños los niños tienden a imitar todas nuestras conductas, buenas y malas.

·         Podemos aprovechar las costumbres cotidianas -como saludar, comportarnos en la mesa,respetar las normas al conducir- para que adquieran hábitos correctos y, poco a poco, tomen responsabilidades.

·         De nada sirve sermonearle siempre con la misma historia si sus padres no hacen lo que le piden.

 

 

2. Comunicación, diálogo, comprensión…

 

·         Las palabras, los gestos, las miradas y las expresiones que utilizamos nos sirven para conocernos mejor y expresar todo aquello que sentimos. Por eso, incluso durante el embarazo, hay que hablar al bebé.

·         Debemos continuar siempre con la comunicación. Hablarle mucho, sin prisas, contarle cuentos y también dejar que él sea quien nos los cuente.

·         ¿Has probado a hacerle una pregunta que empiece con «Qué piensas tú sobre...»? Así le demostramos que nos interesa su opinión y él se sentirá querido y escuchado.

 

 

3. Límites y disciplina, sin amenazas

 

·         Hay que enseñarle a separar los sentimientos de la acción. Las normas deben ser claras y coherentes e ir acompañadas de explicaciones lógicas.

·         Tienen que saber lo que ocurre si no hace lo que le pedimos. Por ejemplo, debemos dejarle claro que después de jugar tiene que recoger sus juguetes.

·         Es importante que el niño -y también nosotros- comprenda que sus sentimientos no son el problema, pero sí las malas conductas. Y ante ellas siempre hay que fijar límites, porque hay zonas negociables y otras que no lo son. Si se niega a ir al colegio, tenemos que reconocerle lo molesto que es a veces madrugar y decirle que nosotros también lo hacemos.

 

 

4. Dejarle experimentar aunque se equivoque

 

·         La mejor manera para que los niños exploren el mundo es permitirles que ellos mismos experimenten las cosas. Y si se equivocan, nosotros tenemos que estar ahí para cuidar de ellos física y emocionalmente, pero con límites.

·         La sobreprotección a veces nos protege a los padres de ciertos miedos, pero no a nuestro hijo. Si cada vez que se cae o se da un golpe, por pequeño que sea, corremos alarmados a auxiliarle, estaremos animándole a la queja y acostumbrándole al consuelo continuo. Tenemos que dejarles correr riesgos.

- Adopten un Protocolo (oficial y validado) contra el Acoso Escolar.

 

- Informe en cada aula a comienzos de cada curso de que no se tolerarán conductas de violencias y acoso escolar.

- Aporte un listado de conductas no admitidas.

 

- Adopte un régimen de sanciones contra las conductas de acoso. Las sanciones deben ser acordes a la gravedad de la situación y a la frecuencia con que se hayan dado.

 

- Instruya a los profesores para que sancionen o amonesten las situaciones leves de violencia ocurridas durante las clases. Esto transmite un mensaje de TOLERANCIA CERO de las conductas de acoso al alumnado.

 

- Nunca dejen pasar una conducta de acoso por sutil que sea, porque estarán dando un consentimiento informal para que esa conducta se repita.

 

- Evalue trimestralmente los niveles de violencia psicológica y física del centro con pruebas debidamente validads. La evaluación desincentiva la violencia.

 

- Protejan a las víctimas y sancionen las conductas de acoso.

 

- Cuando detecten conductas de acoso u hostigamiento recurrentes hacia un alumno pongan en marcha un Protocolo contra el Acoso Escolar debidamente validado y acreditado.

 

- EVITEN MEDIDAS IMPROVISADAS NO RECOMENDADAS POR PROTOCOLOS OFICIALES (Eviten la "mediación", los careos entre víctimas y agresores, no esperen que los agresores confiesen abiertamente, eviten los castigos colectivos, ...).

     A LOS PADRES:

- Informa a tus profesores y a tus padres cada vez que se produzca una conducta de acoso escolar.

- Comienza a anotar diariamente en un documento todas las conductas de maltrato que hayas recibido.

- Pide a tus padres que comuniquen tu situación al colegio POR ESCRITO.

- Si las conductas ocurren cuando los profesores no están acostúmbrate a llevar todos los días al colegio una grabadora encendida debajo de la camiseta.

     A LAS VÍCTIMAS:

- Informe al colegio POR ESCRITO (burofax, copia sellada por registro, email...) de las conductas que de acoso escolar que se hayan producido.

- En colaboración con su hijo anote en un documento cada nueva conducta.

- Siga informando al colegio con frecuencia al menos quincenal mientras se sigan produciendo conductas de acoso.

- Solicite como medida la implantación de un Protocolo Validado contra el acoso escolar.

- Si el colegio niega la situación facilite una grabadora a su hijo donde quede registrado cualquier incidente ocurrido.

 

- Solicite a un especialista una evaluación del acoso escolar y presente el informe en el centro.

 

- En los casos en que el centro escolar no protege a la víctima pese a las anteriores medidas es aconsejable denunciar la situación en informar a las administraciones convenientes.

A LOS PROFESORES Y CENTROS:

 

10 Claves para educar a tu hijo:

5. No comparar ni descalificar

 

·         Hay que eliminar frases como «aprende de tu hermano», «¿Cuándo vas a llegar a ser tan responsable como tu prima?» o «eres tan quejica como ese niño del parque».

·         No conviene generalizar y debemos prescindir de expresiones como «siempre estás pegando a tu hermana» o «nunca haces caso».

·         Seguro que hace muchas cosas bien, aunque últimamente se esté comportando como un verdadero «trasto». Cada niño es único, no todos actúan al mismo ritmo y de la misma manera.

·         Frases como «tú puedes nadar igual de bien que tu hermano, inténtalo. Ya lo verás» transforman su malestar en una sonrisa y le animan a conseguir sus metas.

 

6. Compartir nuestras experiencias con otros padres

 

·         Puede sernos muy útil. Así, vivir una etapa de rebeldía de nuestro hijo, algo muy frecuente a determinadas edades, puede dejar de ser una fuente de angustia tremenda y convertirse, simplemente, en una fase dura pero pasajera. Frases como «no te preocupes, a mi hijo le ocurría lo mismo», pueden ayudarnos a relativizar los «problemas» y, por tanto, conseguir que nos sintamos mejor y actuemos más tranquilos.

·         Si estamos desorientados, preocupados o no sabemos cómo actuar, siempre podemos consultarlo con un profesional. No tenemos nada que perder.

7. Hay que reconocer nuestras equivocaciones

 

·         Tenemos derecho a equivocarnos y eso no significa que seamos malos padres. Lo importante es reconocer los errores y utilizarlos como fuente de aprendizaje.

·         Una frase sencilla como «perdona cariño, refuerza su buen comportamiento y nos ayuda a sentirnos bien.

 

8. Reforzar las cosas buenas

 

·         Está comprobado que los refuerzos positivos gestos de cariño, estímulos, recompensas resultan más eficaces a la hora de educar que los castigos. Por eso siempre debemos darle apoyo afectivo y dejar que sea él el que, según su capacidad, resuelva los problemas.

·         Los niños son muy sensibles y los calificativos como «tonto» o «malo» les hacen mucho daño y pueden afectar de modo negativo a la valoración que tienen de ellos mismos.

·         Debemos ser generosos con todo aquello que les hace sentirse valiosos y queridos. Si le premiamos con caricias, abrazos o palabras como «guapo» o «listo», estamos construyendo una buena autoestima.

·         Tan importante como rectificar sus malas conductas es reconocer y reforzar las buenas.

 

 

9. No hay que pretender ser sus amigos

 

·         Aunque siempre conviene fomentar un clima de cercanía y confianza, eso no significa que debamos ser sus mejores amigos.

·         Mientras que entre los niños el trato es de igual a igual, nosotros, como padres y educadores, estamos situados en un escalón superior. Desde allí les ofrecemos nuestros cuidados, experiencia, protección… pero también nuestras normas.

·         Buscar su aprobación continua para todo puede ser un arma de doble filo, ya que la amistad también es admiración y confianza y le resultará muy difícil confiar en nosotros si no sabemos imponernos.

·         Un buen padre no es aquel que cede de modo continuo y no enseña.

 

 

10. Ellos también tienen emociones

 

·         A veces pensamos que solo nosotros nos sentimos contrariados y que los niños tienen que estar todo el día felices. Pero también tienen preocupaciones.

·         Su mundo emocional es igual o más complejo que el nuestro, por eso conviene dar importancia a sus emociones y ser conscientes de ellas. Debemos ayudar a nuestro hijo a poner nombre y apellido a lo que experimenta y siente.

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